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El Día Mundial del Medio Ambiente ofrece cada año una oportunidad para evaluar cuánto han avanzado nuestras prácticas de movilidad frente a los retos del cambio climático. En la industria automotriz, los sistemas híbridos se han consolidado como una alternativa de transición viable: reducen emisiones locales, optimizan el consumo de combustible y permiten al usuario conservar la autonomía y los tiempos de repostaje propios de la gasolina.
Dos ejemplos recientes de esta estrategia son Lincoln Corsair Grand Touring Plug-In Hybrid 2025 y Lincoln Nautilus Híbrida 2025, modelos que ilustran enfoques distintos dentro de la misma lógica de electrificación gradual.
Lincoln Corsair Grand Touring
Corsair Grand Touring pertenece al grupo de los híbridos enchufables (PHEV) de Lincoln. Este modelo combina un motor Atkinson de 2.5 L con un propulsor eléctrico para entregar 266 HP y, sobre todo, hasta 43.5 km de autonomía puramente eléctrica.
Esa cifra permite cubrir la mayoría de los desplazamientos urbanos diarios sin consumir gasolina. Cuando la batería se agota, el sistema funciona como híbrido convencional con un rendimiento estimado de 14 km/L; en modo combinado, la cifra asciende a 32 km/L. Asimismo, el conductor puede gestionar la energía mediante dos configuraciones específicas: el modo “VE Puro”, bloqueando la actuación del motor térmico salvo que se requiera potencia adicional; y el modo “Conservar VE”, priorizando la combustión y recargando la batería hasta un 75% durante la marcha, útil para reservar electricidad antes de ingresar a zonas de bajas emisiones.
La recarga doméstica se facilita con un Wallbox de nivel 2 o mediante tomas de 120 V de nivel 1.
Lincoln Nautilus Híbrida 2025
Por su parte, Nautilus 2025 adopta un esquema híbrido convencional (HEV), es decir, no requiere enchufe externo.
Combina un motor turboalimentado de 2.0 L con un generador eléctrico de 100 kW para alcanzar 310 HP y un rendimiento estimado de 12.8 km/L en ciudad y 13.2 km/L en carretera. La gestión energética corre a cargo de una transmisión automática power-split y de un sistema de suspensión adaptativa con cámara frontal que suaviza irregularidades del pavimento, lo cual minimiza pérdidas de energía y mejora el confort.
Más allá de los datos técnicos, ambos vehículos se benefician de políticas públicas destinadas a descarbonizar los vehículos en México. El engomado “E”, la exención del programa “Hoy No Circula” y ciertas ventajas fiscales (deducciones ampliadas para personas morales) crean un entorno regulatorio que incentiva la adopción de propulsiones híbridas. En conjunto, estas medidas reducen costos operativos y disminuyen la contaminación atmosférica en los entornos.
Lincoln, mediante sus modelos Corsair PHEV y Nautilus HEV, demuestra que la electrificación parcial ya no es un ensayo de laboratorio, sino una realidad disponible en el mercado. Considerando la neutralidad de carbono como objetivo global a mediano plazo, la consolidación de soluciones híbridas representa un paso funcional y tecnológicamente maduro hacia una movilidad más limpia y responsable.
Ford de México inició operaciones en 1925 como la primera empresa de automóviles en el país, al día de hoy cuenta con 14,600 empleados. Sus plantas de Estampado y Ensamble en Hermosillo y Cuautitlán producen orgullosamente Ford Bronco Sport, Maverick y Mustang Mach-E respectivamente, así como de motores I, II y III ubicadas en Chihuahua produciendo los motores Duratec I-4 (2.0 y 2.5 litros), los motores Power Stroke Diésel de 6.7 litros V8, un motor diésel de 4.4 litros y el motor Dragón de 3 cilindros de 1.5 litros, así como una planta de motores eléctricos en Irapuato, además de contar con oficinas centrales, Global Technology and Business Center (GTBC) establecidas en el Estado de México y brindar servicios financieros a través de Ford Motor Credit Company.